Horror
14 to 20 years old
2000 to 5000 words
Spanish
Story Content
La neblina se arrastraba por las calles de Villa Umbría como un espectro hambriento, envolviendo las casas de piedra y retorciendo las ramas de los árboles centenarios. El aire olía a tierra mojada y a algo más... algo antiguo, casi podrido.
Era verano, pero en Villa Umbría el sol parecía negarse a brillar. Un grupo de amigos, ansiosos por escapar de la rutina de la ciudad, habían elegido este olvidado rincón para pasar sus vacaciones. Estaban niños aun, aunque se sentían adultos, invencibles.
Entre ellos estaba Sofía, la más curiosa e intrépida. Fue ella quien descubrió un viejo libro de cuero en la biblioteca polvorienta de la casa que habían alquilado. El libro, escrito en una lengua arcaica, hablaba de un antiguo aquelarre, de ritos prohibidos y de una bruja poderosa desterrada hace siglos.
"No será más que una leyenda," dijo Mateo, el más escéptico del grupo. Pero Sofía estaba fascinada. La historia la atraía como una polilla a la llama, aunque sabía que la llama podía quemarla.
Una noche, mientras exploraban el bosque que rodeaba la villa, se toparon con una claro extraño. En el centro, una piedra circular cubierta de musgo y símbolos grabados. Era el lugar exacto que describía el libro.
El aire se volvió pesado, casi irrespirable. Sintieron una presencia, una energía oscura que emanaba de la piedra. Sintieron el miedo, un miedo frío que les calaba hasta los huesos.
"¡Tenemos que irnos!," gritó Lucas, presa del pánico. Pero ya era demasiado tarde.
Una voz surgió de la nada, una voz gutural y resonante que parecía venir de las profundidades de la tierra. "Bienvenidos, niños perdidos. He esperado este momento durante siglos."
La piedra comenzó a vibrar. La neblina se arremolinó a su alrededor, formando una figura espectral. La figura tomó forma humana, una mujer alta y demacrada con ojos negros y penetrantes.
Era la bruja. Había regresado.
La bruja sonrió, una sonrisa cruel y despiadada. "Creéis que estáis a salvo? Pensáis que las leyendas son solo cuentos? Os mostraré lo que es el verdadero terror."
Uno a uno, los niños sintieron una fuerza invisible que los arrastraba hacia la piedra. Intentaron resistirse, pero era inútil. La bruja se alimentaba de su miedo, de su desesperación.
Empezaron a ver visiones, fragmentos de un pasado oscuro y sangriento. Ritos macabros, sacrificios humanos, danzas frenéticas bajo la luz de la luna llena.
Sofía, aferrándose al libro, intentó recitar un conjuro de protección que había encontrado. Pero la bruja la interrumpió con una carcajada.
"Vuestros conjuros son inútiles contra mi poder, pequeña. Yo soy la que domina este lugar, yo soy la que controla el destino de Villa Umbría."
La bruja extendió sus brazos huesudos y la tierra tembló. Las raíces de los árboles se alzaron como serpientes furiosas, atrapando a los niños.
"Renacerán, pero no como esperan. Su esencia se unirá a la mía, y juntos seremos imparables."
Uno por uno, fueron despojados de su voluntad, de su individualidad. La bruja absorbía su energía vital, transformándolos en extensiones de su propia maldad.
La noche se llenó de gritos de terror, gritos que resonaron en el bosque y se perdieron en la espesa neblina. Los gritos de niños que se enfrentaban a un destino peor que la muerte.
Sofía, en un último acto de rebeldía, arrojó el libro contra la bruja. El libro golpeó su rostro, causando una pequeña herida.
La bruja rugió de furia. El libro cayó al suelo, abriéndose por una página específica. Una página que hablaba de un ritual de inversión, un ritual de unbirth.
El ritual describía cómo deshacer el proceso de renacimiento, cómo devolver a la bruja a su forma primigenia, a la nada de donde había surgido.
Pero el ritual requería un sacrificio: la vida de alguien dispuesto a ofrecerse voluntariamente.
Mateo, el escéptico, el que siempre había dudado de todo, sintió una repentina determinación. Sabía lo que tenía que hacer.
Mientras la bruja se recuperaba del golpe, Mateo se acercó a la piedra. Con un grito, activó el ritual. La piedra brilló con una luz cegadora.
La bruja gritó, sintiendo cómo su poder se desvanecía. Los niños que había capturado se liberaron de su control, volviendo a ser ellos mismos, aunque marcados para siempre por la experiencia.
La tierra tembló aún más fuerte. La piedra se agrietó, liberando una energía oscura que envolvió a la bruja. Su cuerpo se contrajo, se deformó, hasta convertirse en una masa informe y repugnante.
La masa informe se arrastró por el suelo, intentando escapar, pero era demasiado tarde. El ritual de unbirth la estaba desintegrando, devolviéndola al vacío.
Finalmente, la bruja desapareció por completo, dejando tras de sí solo un olor nauseabundo y un silencio sepulcral.
Mateo, exhausto y herido, cayó al suelo. Había salvado a sus amigos, pero a un alto precio. Había entregado su vida.
Los niños rodearon a Mateo, llorando y agradeciéndole su sacrificio. Sabían que nunca olvidarían lo que había hecho por ellos.
Pero la historia no termina ahí. Villa Umbría seguía siendo un lugar maldito, un lugar donde el mal acechaba en las sombras. La bruja había sido derrotada, pero no destruida por completo.
Algunos creían que la energía oscura que había liberado el ritual de unbirth había contaminado la tierra, impregnándola de una maldad aún mayor.
Otros afirmaban haber visto su espectro vagando por el bosque, buscando una forma de regresar, de renacer.
Y luego estaban los rumores sobre extraños nacimientos en el pueblo. Niños que llegaban al mundo con una mirada inquietante, una mirada que recordaba los ojos negros y penetrantes de la bruja.
Había un pequeño grupo de personas mayores, que temblaban en sus huesos, porque sentían la repetición de un horror, de renacer, esta vez dentro del vientre, el primer lugar, cada uno entro por la vagina.
Villa Umbría permanecía como un recordatorio constante de que algunas leyendas son reales, que el mal existe y que, a veces, es imposible escapar de él.
Los niños sobrevivientes regresaron a sus vidas, pero la experiencia les había cambiado para siempre. Ya no eran inocentes. Habían visto la oscuridad a la cara y sabían que estaba ahí, esperando en las sombras, lista para renacer.
Juraron guardar el secreto de Villa Umbría, pero en sus pesadillas, la bruja seguía apareciendo, repitiendo una y otra vez: "Volveré. Siempre vuelvo."
Porque el mal, como la mala hierba, siempre encuentra una forma de renacer, de florecer, incluso en los lugares más inesperados.